Viaja a Montreal

Ya sea por los vibrantes colores rojo carmesí y amarillo dorado del otoño o por el insólito espectáculo del arte callejero durante la celebración estival de los murales públicos, siempre hay un zumbido artístico en esta ciudad cosmopolita, desde la cresta del Monte Royal hasta la orilla del río San Lorenzo.

Museos para todos

El arte otoñal es novedad en los numerosos museos y galerías de arte de Montreal. Disfruta del arte público en el centro y en todas partes de la ciudad, desde proyecciones al aire libre en el centro hasta murales de Leonard Cohen en la calle Crescent, cerca del pub Sir Winston Churchill, y en el bulevar Saint-Laurent, a la altura de la calle Napoleón, no lejos de Schwartz's.

Observa las obras de arte locales en los espacios comerciales del centro como parte del proyecto Créer des Ponts. Espera a que anochezca para ver el espectáculo de luces Living Connections en el puente Jacques-Cartier.

El clima es bueno durante los meses de septiembre y octubre, por lo que abundan las actividades y los espectáculos al aire libre, y las actividades gratuitas de interior y exterior, como visitas a galerías de arte o paseos por la montaña, continúan en noviembre y hasta bien entrado el invierno.

Vistas y sonidos de Montreal

En pleno centro de Montreal, el Quartier des spectacles sigue sorprendiendo a los visitantes con eventos espontáneos al aire libre, proyecciones multimedia e instalaciones artísticas durante todo el año.

Descubre los magníficos murales de la ciudad en los laterales de los edificios, en los parques y en todos los barrios gracias a MURAL, LNDMRK, MU y otros artistas y colectivos expertos en murales de Montreal.

Descubre una cautivadora mezcla de estilo europeo y creatividad vanguardista mientras pasea por sus calles adoquinadas.

Piérdete en la arquitectura, arte, cultura y mucho más. Pasea en bicicleta por las sinuosas calles o visite una moderna boutique de moda de camino a un monumento centenario.

El Viejo Montreal es una increíble mezcla de lo nuevo y lo viejo.

Comienza tu recorrido por el encantador barrio antiguo en la zona este, donde la hermosa arquitectura mantiene una presencia imponente. Justo al otro lado de la calle, aventúrate en el Chateau Ramezay, un lugar histórico y museo que ofrece un vistazo a la vida de la nobleza de Montreal en el siglo XVIII.

No lejos de allí, podrás admirar una amplia vista del río San Lorenzo desde la Columna de Nelson, un monumento al almirante Horatio Nelson, de la Armada británica, construido tras su muerte en la batalla de Trafalgar.

Reserva algo de tiempo para pasear por la Place Jacques-Cartier y explorar esta amplia plaza pública repleta de restaurantes, tiendas, música en directo y artistas callejeros. El Marché Bonsecours, con su cúpula plateada, la capilla de Notre-Dame-de-Bon-Secours y el Museo Marguerite Bourgeoys están muy cerca, y merece la pena visitarlos para conocer mejor la historia y el patrimonio de Montreal.

Un verdadero ícono del Viejo Montreal y una joya del patrimonio de Quebec, la Basílica de Notre-Dame fue construida entre 1824 y 1829 por el arquitecto James O'Donnell, quien se inspiró en las dos torres de Notre-Dame de París. La primera iglesia de estilo neogótico en Canadá, está designada como sitio histórico nacional. 

Como el millón de visitantes que acuden cada año para reunirse allí y admirar esta obra maestra arquitectónica, te sorprenderá la riqueza de su decoración interior en madera esculpida, pintada y dorada con pan de oro, su santuario, sus colores y sus vidrieras que contar la historia de Montreal.

Una experiencia galardonada

La Experiencia AURA te sumerge en un universo visual y musical cautivador, presentado sobre uno de los lienzos más sublimes imaginables: el interior arquitectónico gótico de inspiración francesa de la Basílica de Notre-Dame de Montreal.

La experiencia ofrece un despliegue multimedia en cuatro actos de luz dinámica, música orquestal y arquitectura expresiva.

Para empezar, el sándwich de carne ahumada. Jugoso, tierno y rebosante de bondad, en Schwartz's Deli puedes probar un sándwich repleto de sabrosa carne.

Tomar un brunch o un café

Montreal cuenta con cientos de cafeterías que sirven espressos, capuchinos o lattés a los clientes del barrio. No importa por dónde camines, seguro que te encuentras con lugareños disfrutando de una taza de café caliente, en lugares llenos de conversación y ambiente.

Y luego están los bagels de Montreal. Asegúrate de disfrutar de una de estas delicias recubiertas de semillas de sésamo recién salidas de los hornos de leña de St-Viateur Bagel o Fairmount Bagel, dos legendarias tiendas de bagels situadas a poca distancia una de otra.

Reunirse para tomar algo y escuchar música

Relacionarse y socializar forma parte del ADN de los habitantes de Montreal. Si quieres empaparte del ambiente local, los pubs, las cervecerías y los bares de vinos suelen estar repletos de gente de todo el barrio.